Calcio: 750 mg (carbonato, lactato, fosfato, sulfato, citrato)
La mayor concentración de calcio se encuentra en la leche. Otros alimentos ricos en calcio son las verduras como por ejemplo las hojas de col, las coles china, las hojas de mostaza, el brócoli, bok choy y el tofu. El calcio es un mineral esencial con una amplia gama de funciones biológicas. El calcio existe en los huesos, principalmente en forma de hidroxiapatita (Ca10 (PO4)6 (OH)2).
La hidroxiapatita es responsable de aproximadamente un 40 por ciento del peso del hueso. El esqueleto tiene una necesidad estructural de calcio y actúa como depósito del mismo. Al margen de ser el principal componente de huesos y dientes, el calcio promueve la contracción muscular normal, la salud de los nervios, el ritmo cardiaco, la coagulación de la sangre, la secreción glandular, la producción de energía y el funcionamiento del sistema inmunológico.*
Es necesaria la ingesta de calcio diaria suficiente para mantener una óptima densidad ósea, huesos y dientes saludables y se ha demostrado que alivia el malestar en las mujeres con SMP (síndrome premestrual). Cuando el cuerpo no recibe el suficiente calcio diario, lo extrae de los huesos.
La cantidad de calcio en la sangre es regulada por la hormona paratiroidea (HPT). Los niveles altos de calcio en el cuerpo se encuentran relacionados con una salud cardiovascular normal y con niveles de colesterol normales. En la revista especializada de la American Dietetic Association, un estudio reveló que el calcio ayudaba a las mujeres de mediana edad a mantener un peso saludable.*
Magnesio: 200 mg (óxido, carbonato)
Los alimentos ricos en magnesio incluyen granos sin pulir, nueces y vegetales verdes. Los vegetales verdes son fuentes potenciales de magnesio debido a su contenido de clorofila. Las carnes, los almidones, los productos lácteos y los alimentos refinados y procesados contienen menores cantidades de magnesio. Se calcula que el consumo promedio diario de magnesio en varones de nueve años y mayores en los EE.UU es de aproximadamente 323 miligramos; en el caso de las niñas de nueve años y mayores es de alrededor de aproximadamente 228 miligramos. Investigaciones recientes muestran que nuestras dietas son deficientes de magnesio.
El magnesio es un componente de la parte mineralizada de los huesos y estimula el metabolismo normal del potasio y el calcio en los adultos. Ayuda a mantener los niveles normales de potasio, fósforo, calcio, insulina y adrenalina. También contribuye con el transporte normal de calcio dentro de la célula para su utilización. El magnesio promueve el funcionamiento normal del tejido nervioso y muscular y la síntesis normal de todas las proteínas, ácidos nucleicos, nucleótidos, monofosfato de adenosina cíclico, lípidos y carbohidratos.
Manganeso: 1 mg (Sulfato)
El manganeso es un mineral encontrado en grandes cantidades en materia animal y vegetal. Las fuentes dietarias más valiosas de manganeso incluyen granos enteros, nueces, verduras de hoja y tés. El manganeso está concentrado en el salvado de los granos, que con frecuencia se quita durante el procesamiento.
Solo cantidades de origen de este elemento se pueden encontrar en tejido humano. El manganeso se almacena predominantemente en huesos, hígado, riñones y páncreas. Promueve la formación normal del tejido conectivo, huesos, factores coagulantes y hormonas sexuales. Mantiene el metabolismo normal de grasas y carbohidratos, la absorción de calcio y la regulación de azúcar en sangre. El manganeso también promueve la función cerebral y nerviosa. El manganeso es un componente de la enzima manganeso superóxido dismutasa (MnSOD). Los antioxidantes eliminan los radicales libres que pueden ocasionar un envejecimiento prematuro y un estrés oxidativo en el cuerpo. Estas partículas aparecen en el organismo de manera natural y es posible que contribuyan con el proceso de envejecimiento. Los antioxidantes como la MnSOD pueden neutralizar los radicales libres. Algunos expertos estiman que el 37% de los estadounidenses no llega a las dosis diarias recomendadas de manganeso en sus dietas. Esto puede deberse al hecho de que los granos enteros son una fuente importante de manganeso dietético y muchos estadounidenses consumen granos refinados más frecuentemente que los granos enteros. Los granos refinados brindan la mitad del manganeso que brindan los enteros.
Vitamina B2: 2 mg (Fosfato de riboflavina 5)
La vitamina B2 se encuentra en los productos lácteos, hígado, verduras verde oscuro y algunos tipos de mariscos. La vitamina B2 funciona como una coenzima, trabajando con otras vitaminas B. Promueve la formación de glóbulos rojos, mantiene normales al sistema nervioso, la respiración, la producción de anticuerpos y el crecimiento humano. Contribuye a un crecimiento saludable de piel, uñas y cabello y a la regulación de la actividad normal de la tiroides. La vitamina B2 contribuye con el proceso normal de conversión de los alimentos en energía como parte de la cadena de transporte de electrones, impulsando la energía celular en el micronivel. La riboflavina es útil en el embarazo y la lactancia y también para los atletas ya que necesitan muchas calorías. La vitamina B2 contribuye con la descomposición normal de las grasas, mientras que promueve la activación normal de la vitamina B6 y el ácido fólico. La vitamina B2 es soluble en agua y el cuerpo no puede almacenarla excepto en cantidades insignificantes. Debe reponerse diariamente.
En algunas condiciones, la vitamina B2 puede actuar como un antioxidante. Las conezimas de riboflavina respaldan además la transformación de la vitamina B6 y el ácido fólico en sus formas activas y la conversión del triptofan en niacina.
Vitamina C: 58 mg (ácido ascórbico)
Entre las mejores fuente alimenticias de vitamina C se incluyen todas las frutas cítricas (naranjas, toronjas, limones y tangerinas), las fresas, los tomates, el brócoli, las coles de Bruselas, los pimientos y el melón. La vitamina C es una vitamina "frágil" que puede ser destruida con facilidad al cocinar los alimentos o al exponeros al oxígeno.
Vitamina D3: 1,000 UI (Colcalciferol)
La exposición regular a los rayos del sol es la forma principal en que la mayoría de las personas obtienen la vitamina D. Las fuentes de alimentos de la vitamina D incluyen la leche fortificada con vitamina D (100 UI por taza), el aceite de hígado de bacalao, los pescados grasos como el salmón y pequeñas cantidades se encuentran en la yema de huevo y en el hígado.
La vitamina D promueve la absorción de calcio y fósforo y sustenta la producción de varias proteínas que participan en la absorción y almacenamiento del calcio. La vitamina D trabaja junto con el calcio para promover la fortaleza y dureza ósea. Estimula el transporte normal de calcio desde los osteoblastos hacia el fluido extracelular y los riñones. También promueve la reabsorción normal de fosfato y calcio por los conductos renales y el epitelio intestinal. Respalda el crecimiento normal de las células de la piel y estimula la producción normal de insulina en el páncreas.
Boro: 1 mg (Borato de sodio)
El boro es un mineral que se encuentra en niveles altos en los alimentos de planta como por ejemplo las frutas secas, nueces, hortalizas de hojas verde oscuro, compota de manzana, jugo de uvas y guisantes y habichuelas secas cocidas. El boro se encuentra en la mayoría de los tejidos, pero principalmente en los huesos, el bazo y la tiroides. El boro contribuye con el metabolismo normal de hormonas y huesos.
El boro contribuye con la capacidad del organismo para producir y mantener huesos saludables. También ayuda a retener cantidades adecuadas de calcio y magnesio para promover una mineralización ósea adecuada. El boro es un cofactor esencial para la conversión de la vitamina D en su forma activa. Mejora el mantenimiento de membranas celulares saludables, el funcionamiento mental adecuado y el estado de alerta y respalda los niveles normales de estrógeno sérico y calcio ionizado.
Potasio: 217 mg (bicarbonato, citrato)
El potasio es un electrolito que se almacena en los músculos. Los alimentos ricos en potasio son: bananas, naranjas, melón, aguacate, espinaca cruda, repollo y apio. El potasio es un macromineral esencial que ayuda a mantener el balance de fluidos en el cuerpo. Además, participa en una gran variedad de procesos bioquímicos y fisiológicos. Entre otras cosas, el potasio favorece la transmisión normal de impulsos nerviosos, la contracción de los músculos cardíacos, esqueléticos y lisos, la producción de energía, la síntesis de ácidos nucleicos, el mantenimiento de la tonicidad intracelular y el mantenimiento de la presión sanguínea normal.
En 1928, se sugirió que las altas ingestas de potasio podían ayudar a mantener la salud cardiovascular. El potasio mantiene la relajación muscular normal y la emisión de insulina. También promueve la síntesis de glucógeno y de proteínas. El potasio es un electrolito que contribuye con los normales latidos del corazón. El potasio es importante para liberar energía de las proteínas, grasas y carbohidratos durante el metabolismo. El potasio contribuye con la capacidad del organismo de regular el equilibrio de agua, recuperarse del ejercicio y eliminar desechos.